El profeta

Profecías se miren por donde se miren. Lúgubres esbozos del futuro justifican las decisiones políticas del presente. Las profecías son modelizaciones, escenarios, distopías, atisbos apocalípticos en la bola de cristal de pasado mañana. Se diseñan en ordenadores, las formulan expertos y se repiten miles de veces. ¿Qué piensa la población? Tanta gente no puede estar equivocada. Por eso se necesitan medidas. Necesitamos medidas de protección aquí y ahora para salvar el mundo del futuro. 

Si no nos adherimos hoy a la 2G-plus, si no nos vacunamos todos ahora, el sistema sanitario se colapsará pasado mañana. Entonces la pandemia no acabará nunca. Si no reducimos hoy nuestras emisiones de CO2 y minimizamos nuestra huella ecológica, el planeta arderá pasado mañana. Si no suministramos más armas a Ucrania hoy, los rusos estarán en Berlín pasado mañana. Y así sucesivamente. Y ahora demuestras lo contrario, ¡covidiota, jurador, negacionista e incomprendido de extrema derecha! Eso no se puede hacer. El futuro no se puede refutar. Sólo se pueden refutar o demostrar profecías pasadas como las de Bill Gates. ¿Recuerdas la entrevista en el Tagesthemen del 12 de abril de 2020 [1]? Después se discutió una sola frase.

"¡Llegaremos a administrar la vacuna que se desarrolle a 7.000 millones de personas!".

Si se hace la regla de tres mentalmente, esto significa que casi el 90% de la población mundial debería estar vacunada. En términos puramente lingüísticos, la declaración de Gates no se formuló como una propuesta, sino como un hecho consumado. Como un plan definitivo que ahora se está aplicando. Como un hecho en un momento en que cualquier forma de vacunación obligatoria seguía estando oficialmente relegada al ámbito de la teoría de la conspiración. Y sin embargo, la frase no me chocó. Coincidía con lo que otros actores decían en términos similares. Las profecías de Gates eran interesantes. Sus visiones. El final de la entrevista fue realmente interesante.

"El mundo no será el mismo después de esta pandemia. ¿Qué crees que cambiará exactamente?"

Al final de la obsequiosa entrevista, el presentador de televisión Ingo Zamperoni pidió a Bill Gates que mirara en la bola de cristal. Al poderoso multimillonario se le pidió que dibujara un mundo post-pandémico. La larga respuesta de Gates fue fascinante y ahora, más de cuatro años después, puede compararse con la realidad.

"Creo que esta vez se tomará en serio la advertencia de que tenemos que prepararnos a fondo para la próxima pandemia (...) La próxima vez estaremos mejor preparados. Y las plataformas que lo hagan posible también serán útiles para las enfermedades existentes. Estamos buscando vacunas de ARN para todas las enfermedades infecciosas (...)".

¿Después de la pandemia es antes de la pandemia? Esto recuerda al viejo lema futbolístico "después del partido es antes del partido". Ya se trate de la viruela del mono o de un nuevo tipo de gripe aviar, un supuesto nuevo virus mortal no deja de aparecer en los medios de comunicación. Además, el tratado de la OMS sobre pandemias está en su recta final. Y plataformas como Biontech trabajan en fármacos de ARN y vacunas contra el cáncer. Así que la primera profecía de Gates se ha hecho realidad. ¿Y ahora qué?

"Nuestro comportamiento habrá cambiado después de esta crisis. Quizá hagamos muchas más cosas por Internet después de que ahora nos veamos obligados a hacerlo".

En efecto, el comportamiento humano ha cambiado. El ser humano digital y distanciado sustituye cada vez más al ser analógico y social. El Sr. Gates parecía eufórico. La idea me hiela la sangre. Y tengo una pregunta. ¿Nos ha obligado a ello el virus o nos han obligado a ello las decisiones políticas? Pero Billy Boy también piensa en el sufrimiento humano cuando mira al futuro. O eso parece.

"Las personas que tuvieron que vivir aisladas durante este tiempo, que tuvieron que hacer frente a una gran incertidumbre, los niños que perdieron un valioso tiempo escolar (...)"

Notable. La entrevista se realizó el 12 de abril de 2020. El primer bloqueo y los primeros cierres de escuelas sólo llevaban tres semanas en vigor. Mucha gente esperaba que el bloqueo terminara como muy tarde en verano. El "filántropo" ya sabía en ese momento que las personas mayores estarían aisladas durante más tiempo y que los niños perderían un valioso tiempo escolar. Esta profecía también se cumplió. Pero sigamos con el texto.

"Tendremos que sanear a fondo la vida económica después de la crisis. Después de todos los traumas por los que ha tenido que pasar la gente (...)"

¿Qué significa exactamente sanear la economía? ¿No se ha dicho siempre que las medidas debían proteger la economía? Ahora existe una teoría conspirativa ciertamente audaz. Esta teoría afirma que los daños colaterales a la economía causados por los cierres no sólo fueron ignorados y trivializados. Esta teoría dice que el daño a la economía era el verdadero objetivo. Una tala y quema de lo existente, una destrucción de la clase media en particular, con el fin de construir algo nuevo. En palabras de Bill Gates: había que sanear a fondo la economía. El entonces ministro de Finanzas, Olaf Scholz, no sacó un paracaídas de rescate del armario metafórico. Fue un bazooka. ¿Se cumplirá también la última profecía de Gates, con la que concluye la entrevista?

"Y, por desgracia, también aquí nos enfrentamos a un cambio drástico. Nuestro comportamiento cambiará en muchos aspectos. También espero que no olvidemos otras cosas como el cambio climático a causa de la pandemia (...)".

Puedo tranquilizar al Sr. Gates. El complejo político-mediático no ha olvidado la cuestión del cambio climático. ¿O es la humanidad la que no debe olvidarse del cambio climático? ¿Quiénes somos "nosotros"? Ingo Zamperoni no se hizo estas ni otras preguntas críticas.